Tarot de Viéville
de Jacques Viéville
Herón - 1984
Este Tarot (del cual existe un original completo conservado en la Biblioteca Nacional de Francia) fue impreso en París en el año 1650 por el maître Cartier (“maestro de cartas”) Jacques Vieville, y se considera como un tarot pre-marsellés.
No hay acuerdo si considerarlo parte de la tradición marsellesa o no. Entre quienes sostienen esta última postura, el argumento fundamental es, por un lado, que no fue impreso en la región de Marsella; y por otro (el más importante) que sus láminas incluyen una simbología diferente.
Se conoce poco sobre su autor, pero se tiene conocimiento
de que trabajó con un seudónimo posiblemente escapando de la persecución del
gremio de fabricantes de cartas, que por aquella época atravesaba una suerte de
“guerra” interna. Las cartas eran la
nueva moda y en Francia, particularmente, eran furor en todas las clases
sociales. Los impuestos sobre los mazos de cartas representaban uno de los
principales ingresos del Estado, que llegó a superar incluso al de la sal.
Por este origen algo oscuro, y por sus caprichosas imágenes
que rompen con los patrones simbólicos de otros Tarot contemporáneos, se trata
de una baraja muy valorada por los estudiosos del Tarot.
Lo primero que llama la atención de este Tarot es que la
mayoría de las imágenes están invertidas. Si observamos las figuras de cada
arcano, veremos que se orientan hacia la dirección contraria del patrón al que
estamos acostumbrados; y esto se hace más evidente en el arcano XII (El Colgado) que no es un “colgado” sino simplemente un “atado” por los pies.
Hay muchas
hipótesis con relación a esto. Hay quienes aseguran que su autor copió las
imágenes de alguna plancha de madera original tal y como estaban impresas sin “desdoblarlas” (tener en cuenta que el
método de estampación se obtenía a través de un proceso negativo/positivo).
Otros creen que sus cartas tienen un simbolismo más profundo y que la inversión
fue realizada intencionalmente.
Llama la atención también que los arcanos solamente están
numerados pero no tienen nombres. También, que hay una variación en el orden de
los arcanos: el VII es La Justicia (en vez de El Carro); el VIII es El Carro (en vez de La Justicia); el
VIIII es La Fuerza (en vez de El
Ermitaño) y el XI es El Ermitaño (en
vez de La Fuerza).
Nos encontramos con imágenes muy peculiares. Entre las
variaciones más notables encontramos que El Diablo es un demonio alado, con
múltiples cabezas que sobresalen de su cuerpo, y que camina escupiendo fuego;
La Torre no es una torre, sino un árbol, y no hay personas cayendo de él sino
solo una que observa hacia arriba; o La Luna, donde una vieja se encuentra
sentada bajo un árbol, tejiendo con una especie de rueca.
Existe una versión restaurada de este Tarot, publicada por
la editorial francesa Editions LeTarot Heron para quienes estén interesados en
esta baraja.
Los nombres de las cartas se encuentran en el 1 de oros (Justicia, Ermitaño, Loco, Mago, Enamorados, Templanza, Rueda de la Fortuna, Juicio, Mundo, Papa, Papisa, Emperador, Emperatriz y Sol) y en el 2 de copas (Luna, Estrella, Torre, Fuerza, Colgado, Carro y Diablo) solo dejando afuera a la carta de la Muerte. Muchos suponen que en esa correlación de arcanos se encuentra una regla mnemotécnica asociada a la francmasonería.